Colombia

Colombia
en ese espacio verde caben varios países de Europa

jueves, 22 de mayo de 2008

Esa es mi bella Colombia


Edgar Paz Morales sargeto retirador del ejercito será acusado de delitos de secuestro extorsivo y porte ilegal de armas, posiblemente sea condenado a 30 años de prisión, aunque sus abogados confían en negociar la pena. Todo por reclamar su pensión... Pero con una granada en la mano.

¿Por qué lo hizo?
Morales, quien durante dos horas paralizó el centro de Bogotá, aseguró que la determinación de tomar rehenes armado con una granada, se debió a su desespero por no haber podido obtener su pensión después de 21 años al servicio del Ejército.

El general Mario Montoya comunicó que el sargento tirado no cumple con el tiempo de servicio requerido para obtener la pensión. Ahora a Paz le tocará asumir un juicio y muy probablemente una dura condena.

Al mismo tiempo, hoy, 22 de mayo de 2008, escuché en las noticias que los paramilitares extraditados a EEUU no podrán ser condenados a más de 8 años de cárcel, pues la ley de justicia y paz los protege reduciendo al 50% la pena a la que sean condenados, además la extradición estipula que todo extraditado no puede ser condenado en otro país a una pena mayor a la que la justicia colombiana le pueda colocar.

A todo esto, y claro guardando las diferencias, comparar los delitos y las razones entre los paramilitares y el Sargento Paz, nos deja una inquietud: será que en Colombia es mejor cometer delitos de lesa humanidad para buscar penas mínimas y no atreverse a reclamar nada para no ser condenado a cadena perpetua? Colombia... país de contrastes.

martes, 20 de mayo de 2008

Maruja: la bruja de Itagüí
Fórmulas y Hechizos para el amor, la salud y la suerte


¿Eres un zombie o un vampiro? Fue la pregunta que Maruja le hizo a su paciente, una bella joven que rayaba quizás los 20 años y que con otra amiga asistía a una cita con la prestigiosa bruja. Maruja sacó un largo tabaco y con la ayuda de una vela pegada a un candelabro en el que muchas velas anteriores habían dejado su huella con lágrimas largas y paralizadas por el tiempo comenzó a rezar una larga letanía en la que mencionaba nombres, cosas y lugares en seguidilla, como sin sentido, a pesar de que parecía que la tenía en la memoria por años.

Maruja es una mujer de tal vez 60 o 65 años, su cabello es negro con canas aunque dicen que a veces es blanco, según el día o la fecha, según el mes o el año. Gente que ha ido donde ella, clientes, aunque ella insiste en llamarlos "trabajados", dice que en años bisiestos su cabello se torna de un rojo purpúreo y que sus ojos no son los mismos siempre que van, que a veces son como blancos.

Yo escucho a los enfermos que me hablan de Maruja sin saber que creer. En el consultorio de la bruja, a la que por cierto le parece cómico que así se le diga, siempre hay penumbra. Parece que ese ambiente es parte del acto, no se si llamarlo de magia, pero es un acto en si. Hay parafernalia y hasta vestuario.

No se trata de ser cualquier clase de médium, me dice Maruja, la gente necesita ver para creer o ¿Por qué entonces se imagina usted que la religión permite que hayan figuras si la misma Biblia lo prohibe, a mijito? Yo continuo con mi observación, yo se que quien lea esto puede pensar que soy una de esas personas que son escépticos a estas cosas o que trato como muchos de aparentar que no me interesa el tema más allá de mi trabajo, pero no es así. Yo también he ido donde una bruja.

Esa vez la bruja de la que les hablo, me leyó el tarot. Sacó la baraja y comenzó a lanzar figuras. Lo que me pareció muy particular es que casi siempre la figura que yo veía no correspondía con la explicación que ella me daba. Es decir, si por ejemplo sacaba la figura de la muerte me decía que era alguien me daría algo, si sacaba el oro entonces no era dinero sino suerte, en fin la respuesta no era la que parecía, pero me imagino que es lo mismo en todas las cosas que le suceden a uno en la vida, no se trata de ver lo que está en frente de nuestras narices sino de entender de que se trata, por algo decimos que no todo lo que brilla es oro.

En las mañanas muchos abren el periódico para leer el horóscopo. Desde los setenta ya la tecnología había llegado a los brujos y esta vez no por arte de magia. La Revista Africanías, una publicación de origen venezolano, donde parece que los brujos pululaban, ya tenía su bruja que daba el horóscopo computarizado y era así como : Aries, Tauro, Géminis, cáncer, libra, escorpión, etcétera, venían por semiconductores, con 3 o 4 kilobytes de información y con sólo presionar enter. Los talismanes se promocionaban en cada página, algunos con la forma de un carnero, otros eran piedras amorfas o dioses de la suerte.

Maruja también los recomienda: "Vea mijito -como me dice- , los talismanes no son otra cosa que el objeto donde la persona pone toda su fe. Mire -continúa-, el talismán es la contra. Si a una persona le dicen que la están "enyerbando" y que su café o su ropa o sus zapatos tienen cabellos o gotas de pintura o tal vez manchas de algo que parece sangre, entonces tiene que ponerse las pilas porque le están 'trabajando'. Entonces yo les doy algo para que contrarresten el mal. Puede ser agua bendita, un santo, una oración para que recen cada tres horas empezando a las once y descansando a las tres, la figura de un cierto animal trazada en tela de color negro o hasta la misma foto de la persona que creen les está haciendo el mal para que me la dejen y yo la contrarreste".

Maruja me cuenta todo esto después de que vi salir a la chica de la que les hablé anteriormente, llevaba un perfume para que le heche a una compañerita del colegio que le tiene ojeriza y le quiere quitar el novio.

Según lo que puedo observar las principales preocupaciones de los brujos están basadas en tres puntos: la salud, el dinero o la suerte que para el caso da igual y el amor. Cuando le pregunté a Maruja por qué los brujos no buscaban también darle tranquilidad espiritual al enfermo o ayudarle para que consiguiera trabajo o para que saliera de la deuda con la corporación, ella sólo hizo un gesto de desagrado y me respondió:

"Escuche mijo, la principal preocupación de cualquier ser vivo, incluyendo el mismo Papa, es la salud. La gente se preocupa por si misma cuando se ven mal. Mire a su alrededor y verá gente que primero lleva el carro al mecánico que ir ellos al médico. A la gente le preocupa su salud cuando ya se ven mal. Entonces si van a la EPS o al hospital por urgencias o en fin donde el doctor. Si la enfermedad persiste entonces vuelven donde el doctor, pero si persiste, viene donde mi, para que yo los cure y les encuentre el mal, que por lo general es el protagonista de los siete pecados capitales, en palabras claras mijito, la envidia".

Recuerdo que hace muchos años supe que un tío mío, que en paz descanse, vino desde su pueblo a visitar una bruja para que le ayudara a encontrar unas mulas que le robaron del mismo potrero y que parecía se habían traído para Medellín, pero al final no se si aparecieron.

¿Oiga Maruja y lo de la suerte y el amor también es buen negocio? Le pregunto con cautela para que no se me enoje-. "Negocio no -me dice con cierto tono de enojo-, yo no tengo ningún negocio, yo lo único que hago es ayudar y por cierto que la gente que viene a consulta más enferma es esa, la gente enferma del bolsillo y del corazón. Mire mijito, la gente, sobre todo en éste país, quiere llegar al trabajo tarde y salir bien temprano, quieren que le paguen mucho por muy poco y quieren que la plata llegue así, facilito, sin tener que matarse de a mucho".

Entonces les gusta gastar -le pregunto-. "¿Gastar? -Dice con negativa extrañeza- Despilfarrar más bien. Si usted le dice a un pobre que le muestre la cuenta de ahorros, la va a encontrar vacía, pero si le dice que le muestre la cuenta de la tienda la va a encontrar larga. Si usted le dice a un pobre que invite a comer a la calle seguro que le dice que con qué plata, pero si le dice que pone 10 para tomar licor ahí lo va a tener. En cuanto al amor -Continua Maruja- son muchos los que vienen, pero en ese sentido las que más viene son las mujeres. A esas les encanta averiguar si el marido o el novio se las juega con otra, entonces lo más seguro es que si, porque cuando una mujer viene donde mi es porque ya sospecha algo; ¿No ve que las mujeres tenemos seis sentidos? Entonces yo les digo: si la que viene es una mona la moza es una morena, pero si es una morena entonces es mona la moza" -Y Maruja larga una carcajada que me estremece-.

Maruja, ¿Y para qué son tantos frascos, tantos collares, figuras, olores, yerbas y esos tarritos pequeños que dicen riegos.?

"Mire mijito -vuelve a decirme- Todas esas cosas son para trabajos especiales. Mi deprecación esencial es está: 'Procuro amar, no odiar; procuro servir, no exigir; procuro curar, no herir'. Entonces mire le muestro -continúa Maruja- esos de allá son para ganar la lotería. El jabón de lotería importado, la esencia de la suerte y el carbón esotérico. Los de la mitad son para el amor. El coral de los siete mares, sahumerio de amor, canelita y clavo, guayabita dulce y miel y la gota de amor y el secreto de venus. También tengo para conseguir empleo ya que me preguntó. Están: el despojo de San Onofre, frasco de agua cananga, frasco de agua florida, el perejil y una botella de champaña. Para los trabajos más complicados como las separaciones tengo tierra de muerto, excremento de paloma, vinagres, aceites preparados y otras cosas que no le puedo contar".

Al final Maruja me leyó dizque el áura y vio que tengo mucho futuro trabajando como periodista, pero eso si, si salgo del país.


Yo no digo que crean ni que no crean, al final de todo la respuesta está en cada uno, pero lo que si es cierto es que adivinar o aconsejar a otros con la ayuda del esoterismo nunca pasará de moda o si no que lo digan desde Rasputín hasta Walter Mercado. Que tengan salud, dinero y amor. Adios.

No hay mal que por bien no venga

Hoy les voy a contar lo que me pasó el 14 de mayo de 2008 cuando fui a comprar unos cables al centro comercial eléctrico Carabobo. Antes déjenme contarles donde está ubicado, pues con tantas remodelaciones en esta ciudad que fácilmente lo acaban y construyen cualquier cosa. Esta ubicado en la calle 44 San Juan con carrera 51 Bolivar. Es una especie de zaguán largo en curva, no es bonito, parece medio abandonado y los sitios de venta son disparejos, mientras unos están atiborrados de mercancía, otros en cambio parecen el borde del cierre.

En fin, entre a un sitio que por su variedad de mercancía y apariencia, parece ser uno de los mejor administrados. Le pedí al dependiente que me vendiera dos cables de audio. Uno debía ser de unos 50 cms. y el otro de 1.50 mtrs aprox. Con terminales de buena calidad xlr y balanceados. Todo bien hasta ahí. Luego le pedí me vendiera 2 baterias cuadradas de esas de 7 voltios y dos triple A. muy bien, me las despacharon y esperé a que me fabricaran los cables. Pero el tiempo transcurria y no me los entregaban. Me apuraba el tiempo, debía recoger un papel importante y me quedaba media hora. Entonces mientras esperaba miré en otro sitio, al lado, la mercancía, y en un estante observé que tenían baterías de teléfono inhalámbrico que necesitaba. Mi teléfono estaba muy mal, apenas contestaba y ya empezaba a sonar un incómodo timbre que desesperaría hasta a un oso perezoso. Pedí entonces una batería de aquellas y me dijeron que costaba 14 mil pesos. Me pareció costosa, pero bueno - pensé- duran mucho, comprémosla.

Despúes de pagar regresé al sitio donde construían mis cables, pero nada que estaban listos, ya me comenzaba a desesperar. Para distraerme un poco del afán que el tiempo, como martillo golpeaba mi espalda, pasé a otro local donde observé de nuevo las baterías de teléfono pero en otra marca. Pregunto cuánto valen o no? -me dije a mi mismo- Mejor no porque donde valgan menos me muero de la rabia... Sin embargo pudo más la curiosidad.

Amigo, cuánto vale la batería?
6 mil pesos -dijo el dependiente- Aaahhhrr mierda, vio, yo sabía, que rabia.

Bueno regresé de nuevo a preguntar por mis cables y me dijeron que aun no terminaban.

Mire -dije- termínelos y regreso más tarde, tengo que recoger un papel y se me hace tarde -Le dije al vendedor-.

Bueno, pero páguelos antes de irse -contestó el vendedor-.

Muy bien, cuánto es?

Son... -sumo con su pequeña calculadora casio, para mi esos aparatos son el sinónimo del concepto de eternidad- y dijo- son 30 mil pesos.

Pague y salí.

Después de media hora regresé y efectivamente mis cables estaban terminados. Pero al llegar el vendedor me miró y dijo:

Señor, lo siento pero aun me debe dinero.

Dinero? -pregunté- yo ya le pagué.

Si, pero no alcanza, lo que pasa es que no le cobre las baterías, entonces me debe 14mil de las baterias y 6 mil más de los cables...

Amigo,-dije- no tengo más dinero, no me alcanza, acabo de pagar algunas deudas y me quede sin dinero, lo único que podemos hacer es que le devuelva las batería y sólo le puedo dar los seis mil pesos de más por los cables.

El vendedor accedió, devolví las baterías y le pague el resto con algo que aun me quedaba.

Entonces se me ocurrió ir al local donde compré la batería del teléfono.

Amigo, mire, tengo un problema -le dije al vendedor. Me puede cambiar la batería de telefono que le compré y me da a cambio dos cuadradas de 7 voltios y dos triple A?

El vendedor de inmediato me dijo que sí. Tomó mi batería de teléfono, que recordarán me costó 14 mil pesos, y me dió las que no pude comprar al de los cables.

Feliz por la reversa del negocio que me había parecido caro, me dirigí al otro vendedor que tenía las baterías de telefono a 6 mil y con lo poco que me quedaba se la compre.

Salí feliz y satisfecho recitando el dicho, no hay mal que por bien no venga.